sábado, 3 de octubre de 2009

Independencia

Reclamo de mis genes que me orillan a estar en contacto con aquel mundo lejano.
Reclamo de la raíz cultural más profunda de mi ser, de esa que ahora me tiene esclavizada y atada a un sitio que ya no piso, pero que sí pienso.
Reclamo a mi corazón que anhela verle, respirarle, sentirle de nuevo.
Pero el reclamo mayor es a esta mente mía que cree todo esto que escribo, que lo cree y lo crea. Le reclamo porque no me deja descansar, independizarme.
La paradoja es que a la vez agradezco toda esta locura que me mantiene viva, con sueños, ilusiones, anhelos...

Ya faltan menos noches para olvidarle...