- Periodistas tapatíos se suman a protesta #PrensaNodisparen.
- Protestan periodistas contra agresiones al gremio
Fotos: Ada HF.
Texto: M.P.
Guadalajara (23/02/2014).- De las redes sociales a la calle. Trabajadores de medios de comunicación cambiaron el hashtag por pancartas y los signos de exclamación por gritos. Desde el Parque Revolución exigieron que la Procuraduría General de la República “amplíe y profundice” la investigación por el asesinato del reportero Gregorio Jiménez, encontrado muerto el 11 de febrero en una fosa clandestina en Veracruz. También pidieron condiciones laborales y de seguridad, favorables, para ejercer el oficio.
Hace unos días, y luego de saber que Jiménez había sido secuestrado (5 de febrero), periodistas en el país y el mundo –algunos, presentes en la movilización de este domingo 23-- pidieron en redes sociales el compromiso del Gobierno veracruzano para encontrarlo vivo. La solicitud a la autoridad y mensajes de solidaridad e indignación fueron publicados con etiquetas como #HastaQueAparezcaGoyo y #QueremosVivoaGoyo. Tras saberlo muerto, el hashtag cambió a #JusticiaparaGoyo. Ahora, 12 días después, muchos se volcaron al espacio público para trasmitir su sentir.
Movilizaciones similares a la de Guadalajara ocurrieron en una decena de ciudades mexicanas como el Distrito Federal. En La Perla Tapatía, la Policía cifró en 120 a los participantes, entre trabajadores de los medios y simpatizantes de la causa.
“¡Extra, extra, se asesinan periodistas!”, exclamaron Paloma y Priscila, y peatones y usuarios de la Vía RecreActiva las miraron con extrañeza en la confluencia de las avenidas Juárez y Federalismo. No obstante, hace años que en México matan y desaparecen a reporteros cada tanto. De acuerdo con el colectivo Nuestra aparente rendición, desde 2000 han sido asesinados 141 periodistas en la República, contó Raúl.
Y cuatro años atrás, relatores para la libertad de expresión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminaron que México era el país más peligroso para ejercer el periodismo en América. Dijeron que la impunidad, la autocensura y los intentos de cárteles del narco por tener injerencia en las informaciones noticiosas, perjudican a la libertad de expresión en la República.
Ante el panorama en la nación, en 2006 se creó la Fiscalía para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas, cuyo acuerdo por el que surgió quedó sin efecto cuando nació en julio de 2010 la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos en contra de la Libertad de Expresión, que es la autoridad encargada, según su página web, de "dirigir, coordinar y supervisar las investigaciones y, en su caso, perseguir los delitos cometidos en contra de quienes ejercen la actividad periodística o se cometan en razón del ejercicio de derecho a la información o de libertad de prensa y expresión".
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Y fue a la misma Fiscalía Especial a la que también se le nombró en manifiesto leído durante la protesta tapatía. A la institución se le pidió que rinda cuentas del trabajo desempeñado.
Pero en el rosario de exigencias también hubo cabida para los gobiernos estatales: se dijo que no deben pretender coberturas favorables condicionando la publicidad, por ejemplo.
A Enrique Peña Nieto, presidente de México, se le solicitó que garantice la integridad física de los trabajadores de los medios de comunicación y al Estado Mexicano que haga valer la Constitución, en lo que refiere a libertad de expresión, derecho a la información y libertad de manifestación.
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En 2009, justo el Día Internacional de la Libertad de Prensa (3 de mayo), Carlos Ortega Melo Samper murió asesinado. Era periodista del Tiempo de Durango y, en su labor, había denunciado presuntos actos de corrupción de autoridades municipales. Impreso en una credencial, su nombre fue uno de los que pudieron leerse en el memorial instalado en el Parque Rojo, para recordar a los trabajadores de los medios de comunicación caídos.
“¡Ni uno más! ¡Ni uno más! (ni un periodista asesinado más)”, fue la consigna mayormente escuchada en la protesta que aconteció entre las 12:00 y las 13:30 horas. La exigencia se escuchó, por ejemplo, en los lapsos en que reporteros mostraron a los automovilistas en Federalismo y Juárez la pancarta con la frase: “Frente a sus balas, nuestras palabras… #PrensaNoDisparen”.
Para extender el mensaje de la manifestación, folletos con información sobre la muerte de periodistas fueron entregados a ciudadanos. “¡Un periodista muerto es un atentado a la libertad de expresión y a tu derecho a ser informado con la verdad!”, se lee en ellos.
Prácticamente la jornada concluyó con una foto colectiva de los participantes de la movilización. Las pancartas se doblaron, los gritos no se oyeron más, pero los tuits y mensajes en Facebook, en pro de la dignidad del gremio y de la justicia para Gregorio Jiménez, continuaron el resto del domingo.
