miércoles, 25 de mayo de 2011

Reseña de libro: Los cinco sentidos del Periodista

Los cinco sentidos del Periodista
(estar, ver, oír, compartir, pensar)
Riszard Kapuscinski


Este libro contiene un valor significativo y especial, pues de manera clara, sencilla y amena transporta al lector al complejo mundo del periodismo, provocando la reflexión profunda de lo que esto representa, y contribuyendo a la vez a la adquisición de una visión más cercana de las circunstancias que rodean la labor periodística (cual lupa que amplifica la “letra pequeña” en un contrato), obteniendo como resultado un enriquecimiento inmensurable.

Los conocimientos asimilados son diversos: el objetivo de la profesión, la importancia que ésta posee; las dificultades y obstáculos que se sortean en el camino; las cualidades necesarias en un periodista; las alternativas propuestas para una mejora en los escritos periodísticos; los retos a vencer; la importancia de un fenómeno en la actualidad tan trascendente como la globalización, y por último la respuesta a los dilemas que conllevan la práctica del periodismo.

El ejercicio de esta profesión implica cierta dependencia hacia las personas, ya que son ellas la fuente de información que nos provee la materia prima para crear nuestra noticia. Es por ello de utilidad conservar una actitud humilde, de cooperación y de pertenencia, funcionar con los demás, estar a su nivel y no más arriba, de esta manera podremos obtener una buena respuesta por parte de ellas.

El oficio del periodista implica vocación, esfuerzo, ética, agilidad, olfato, perspicacia, talento; pero también una buena ración de responsabilidad. Esta cualidad es definida por el diccionario (Diccionario de la Real Academia Española, 22.ª edición, 2001, de la Wold Wide Web: http://www.rae.es/) así: “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Hoy en día esto se ha perdido en su mayoría, y lamentablemente ha predominado la preocupación por responder a intereses personales y a la obtención del poder y el prestigio.

El periodista debe ser consiente de la importancia de su trabajo, puesto que ejerce una influencia importante en la formación de la opinión pública, proporcionando además al espectador una visión del mundo que complementa la que es obtenida por la familia y a través de la educación, y por lo mismo es que debe tener mucho cuidado al publicar alguno de sus trabajos.

Para Kapuscinski, la firma de una noticia implica que el periodista esté consciente de que esta última contiene los elementos básicos y elementales, como: veracidad, objetividad, actualidad, el respaldo de fuentes, la comprobación de los datos, y la fuerza que proporciona el informarse con anterioridad sobre el tema del que se va a escribir.

“Por cada página escrita, cien leídas”, afirma el autor (pág. 42). Para él es de gran relevancia el actualizarse, capacitarse, el conocer más allá de lo que se tiene cerca. “Ver no es saber”, señala en otro de sus capítulos Kapuscinski (pág. 32 Op. Cit.) El periodista o aspirante a periodista debe estar informadísimo, capacitado, actualizado, debe ser un “cazador furtivo”, comenta Kapuscinski (Op. Cit.).

Otro error que comete el periodista en medio de las prisas, la ignorancia y la falta de interés y esfuerzo, es caer en la rutina, en el saber escribir una nota y nada más, el no poner en práctica su creatividad y por supuesto en el uso de un vocabulario limitado y pobre, así como también caer en los clichés.

Pero fuera de todo lo que le concierne al periodista realizar de manera consiente, existen circunstancias que están fuera de su alcance, que deforman su trabajo y no le permiten un buen desempeño. Tareas como la verificación de la información o la recopilación de los datos requieren de tiempo, tiempo que es restringido por los directivos de los medios.

Otro ejemplo de estos obstáculos, según el autor, es la tendencia de los medios masivos por recopilar más que información verdadera, información que pueda ser interesante o consumida por la audiencia, dejando de lado la misión informativa que se tiene.

Para evitar que las noticias pasen a la historia de un día a otro, y que se recompense la información superficial presentada en una noticia, este libro proporciona una interesante alternativa, que su autor denomina “doble taller”, y que consiste en la recopilación de estas noticias para que más tarde, y con más tiempo, sean enriquecidas y sometidas a un análisis para poder obtener un conocimiento enriquecedor.

El periodismo es una práctica apasionante, de adrenalina, de retos, humanizadora, enriquecedora, que implica tiempo y un desgaste permanente pero al final recompensado. Se requiere de un gran esfuerzo para hacer un buen trabajo, más aparte, fortaleza y valentía para nadar contracorriente, defender tu dignidad y ética personal. Esa corriente es en ocasiones los dueños de las empresas periodísticas, los publicistas o hasta las propias fuentes.
En los primeros tres apartados de la segunda parte titulada “Los medios”, se define a la empresa periodística como una empresa con ánimo de lucro, por lo menos para su subsistencia, la cual hoy en día se ha convertido en un buen negocio y en blanco frágil para empresarios que buscan obtener ganancias significativas y rápidas.

Esta ambición de dichos personajes los ciega al punto de dejar de lado y abandonar la misión de una verdadera empresa periodística. El periodismo ha ido en detrimento, precisamente, por cuestiones como esta, y he aquí el meollo del asunto. A consecuencia de esta visión del periodismo como forma de obtener dinero rápido y poder, se ha perdido la ética básica con la que se debe contar. Los directores se creen dueños de la información manipulándola a su antojo y conveniencia; hay muchas prisas y poco tiempo del periodista, y esto es causa de que el tiempo sea valioso y se traduzca en dinero. Cada vez más se puede observar en noticiarios televisivos, sobre todo, la competencia errónea de ver quién gana más exclusivas, quién tiene mejores imágenes, quién llena de más información (“simplificada”) a la audiencia, en vez de tener una competencia sana y equilibrada por ver quién goza de una mejor calidad en sus contenidos. Hay que fijar la mente en lo cualitativo, no en lo cuantitativo.

Por otra parte, la tecnología ha permitido borrar las barreras geográficas que se tenían, permitiendo así a los medios informar oportunamente lo que acontece en el mundo. Sin embargo, la idea de una aldea global, es un término que apenas esta comenzando. Kapuscinski menciona que ciertamente la misión de los medios es enseñar el mundo a las personas, educarlos sobre qué más hay más allá de sus narices, y es entonces cuando se vuelve importante la cuestión de buscar un vínculo entre lo local y lo universal que le ayude a comprender al lector las leyes que rigen el mundo. Esto es algo que dará peso y valor a nuestros textos.

Otro asunto interesante y para el debate es el del llamado Nuevo Periodismo, que plantea nuevas alternativas para una comunicación eficaz, borrando los límites de los géneros y permitiendo dar apertura a la literatura en los textos periodísticos.

En contraste con esta nueva alternativa, el periodista y escritor, Álex Grijelmo, comentó en la conferencia magistral: “Las necesidades éticas del periodismo contemporáneo”, en el 1er Encuentro Internacional de Periodistas, celebrado en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) los días 3 y 4 de diciembre del 2005, que la desaparición del límite entre géneros periodísticos era inadecuada, pues menciono que una de las implicaciones de un trabajo ético y profesional, era dejarle bien claro al lector la división de los géneros periodísticos, ya sea con el uso de diferentes tipografías o algún recurso diferente.

Los autores del "Nuevo Periodismo" se permitían "meterse" dentro de la psicología del personaje y reflejar todos los elementos del ambiente, después de hacer varias "entrevistas a profundidad" a todos los involucrados. Los impulsores de esta tendencia no se consideraban a sí mismos como periodistas. Calificaban a su trabajo como expresiones de un “nuevo género literario” y como “novelas de no-ficción”.1

A través de las páginas de su libro, Kapuscinski transmite una clara percepción sobre lo que considera son Los cinco sentidos del Periodista: “estar adentro” y lo más cerca posible de la sociedad en donde ha ocurrido el hecho que se va a narrar, compartir las experiencias; “estar entre la gente” sobre la cual se escribirá. Ver con detenimiento y claridad lo que ocurre para transmitir al lector de manera veraz, correcta, y objetiva lo que esta sucediendo. Que las circunstancias en las cuales se encuentra dicha sociedad “se sientan en la propia piel”, esto con el fin de comprender y tener conciencia de lo que pasa y por qué pasa.

Compartir es elemental, las personas son pieza fundamental del oficio, ellas proporcionan la materia prima para la creación de una noticia, es por eso que es fundamental la empatía, y evitar el cinismo será de mucha ayuda. Oír con atención lo que estas nos puedan decir hará que el resultado sea mejor.

Se necesita pensar en la importancia y consecuencias que trae consigo el escribir una noticia, y en lo que esto significa para los demás, es decir, tomar conciencia de que se trata con la “materia más delicada”: la gente. Lo que se publique podrá afectar su vida de manera negativa si no se hace un buen trabajo. Pensar en síntesis, que la labor periodística influye en la opinión pública, y que proporciona a la vez, una visión del mundo a las personas; por lo cual la responsabilidad es una cualidad con la que debe contar ante todo.

El periodismo es pues, una profesión enriquecedora, pues se aprenden y conocen un sinfín cosas; y por su puesto es de suma importancia poseer un alto grado de responsabilidad, ya que causa un incalculable impacto en las sociedades al aportar conocimientos y generar opiniones en ésta.

Es también una función social humanizadora, que necesita una preparación profunda y meticulosa, pues el camino es incierto y se necesita de numerosos recursos y cualidades que lo hagan más seguro y certero. Algunos de estos son: el estar, ver, oír, compartir, pensar; ser objetivo e imparcial; poseer olfato, ética, perspicacia, vocación, preparación, conocimientos, un acervo cultural y lingüístico rico; talento, en fin, un sinnúmero de herramientas, para un sinnúmero de exigencias de la labor periodística.

1. Géneros periodísticos:¿Qué son y para qué sirven?, Raúl Peñaranda U. , Sala de Prensa. * Raúl Peñaranda U. es colaborador de Sala de Prensa. Actualmente es asesor editorial del diario La Razón de Bolivia y profesor universitario. Ha publicado los textos "Radiografía de la prensa boliviana", "Objetivo: residencia japonesa" y "Terremoto, la noche más larga".

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